Aquellos tiempos han dejado una clara impronta en el pueblo actual, que ha conservado un núcleo definido por un castillo de origen islámico, la iglesia; Antigua mezquita, de estilo barroco y una serie de capillas rurales que se encontraban escampadas por el territorio, pero de las que solamente dos permanecen, y sobretodo una estructura urbanística genuinamente medieval.
Chulilla se ordena y se aterraza entre el monte del castillo y el río Turia, originalmente sólo en su fachada oriental. El aumento demográfico fue modificando apenas la estructura urbana hasta saltar la muralla y originar la “calle larga”.